viernes, 28 de diciembre de 2007

El velo pintado

El punto de partida de esta magnífica película es simple: Kitty es una muchacha malcriada que se casa por conveniencia con el doctor Fane, tan talentoso y decente como verdadero insulso y anodino. Casi inevitablemente, la mujer no tarda en cometer adulterio con el influyente Charles Townsend y casi inevitablemente, el buen doctor los descubre. El castigo: arrastrar a su mujer al centro de China, donde un brote de cólera está diezmando a la población.

Toda esta historia está aderezada con aromas de cine clásico, en la que hallamos una gran ambientación con una fotografía excelente, una historia preciosa muy bien llevada, una pareja protagonista de actores increíble: dos intérpretes de primer nivel, Naomi Watts y Edward Norton, y una trama realista.

El velo pintado es una buena película que no defrauda en sus dos horas de duración, ni se hace larga o pesada, aunque es un film tranquilo, sencillo y profundo que invierte la mayor parte de su tiempo en desarrollar sus personajes a través de gestos sutiles, pues a pesar de todo el dolor que envuelve la película en ningún momento hay gritos, bofetadas o lágrimas de desesperación.

La historia está contada con mucha elegancia, sin olvidar el dolor de sus protagonistas, podemos definirla como romántica (no romanticota) y sensible (no sensiblera).

Lo que más me gustó: En general, todo (o casi, lo que ya es mucho).

Lo que menos me gustó: Las escenas en las que Naomi Watts recuerda tantísimo a Nicole Kidman (en la pelea con su marido después de que éste descubra su adulterio).

Frases favoritas: Las mujeres siempre creen que los hombres las aman mucho más de lo que las aman en realidad.

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