viernes, 30 de noviembre de 2007

crisis



Le llaman la crisis del cuarto de vida.

Te empiezas a dar cuenta de que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años.

Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios,pareja...
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son tan divertidas... ¡hasta a veces te incomodan!.
Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la
misma gente de forma constante.

Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor,esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser los amigos más importantes para ti.

Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
Te rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto daño.
O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.

Parece como si todos los que conoces ya llevasen años de novios y algunos empiezan a casarse.
Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro de si te sientes preparado para comprometerte por el resto de tu vida.

Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.

Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo.
O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.

Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es.

A veces te sientes genial e invencible, y otras...solo, con miedo y confundido.

De repente tratas de aferrarte al pasado,pero te das cuentade que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.

Te preocupas por el futuro,préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti. Y mientras hace unos años creías que ganar la carrera sería lo que harías, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.

Esta época parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste en
la cabeza...

Y es que la vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento...

miércoles, 21 de noviembre de 2007

descripción

Es Bob Dylan y Rimbaud, y el pájaro espino y el guardián entre el centeno, y Diderot y Woody Allen. Es un caballero y un vagabundo y un amante y un mentiroso. Nunca fue un profeta ni un loco, y no causó nunca más daño que la que cada cual quiso hacerse a sí misma. Se viste de tahur y no conoce el juego, y está tan solo como cualquiera. Es frívolo y guapo, y cruel y triste, recuerda más de lo que quiere, y todo le sobra y nada le basta. Siempre tuvo algo de renegado, de maestro de la fuga, cierto espíritu desertor, de lobo estepario, y con los años, la desconfianza hacia su propio personaje parece haberse acrecentado. Por cada carta que esconde en la manga, pone otra en la mesa; por cada huida, regala una llamada en mitad de la noche; por cada despedida, una canción.
Probablemente le importe un rábano que todas las mujeres hablen mal de él. Al fin y al cabo, este hombre es sólo un hombre, un hombre como cualquiera, aunque es un hombre que siempre resulta un enigma. Es un dandi y un bohemio y un pirata y un filósofo. Intempral y contemporáneo. Presumido y desaliñado. Atormentado y disoluto. Es Bukowski y el Boss, y Nietzsche y Freud.
Para ser arrogante le sobra miedo y para ser humilde le sobran arrogancia, mundo, escepticismo e inteligencia. Es Jesucristo, Dostoievsky, Humphrey Bogart, Leonard Cohen, Baudelaire y Don Quijote.
No es nadie en concreto y es el hombre por excelencia, y al final sólo es él mismo, que es como ser todas las mentiras y un par de verdades al mismo tiempo.
Es un poeta maldito aunque reniega de ello, y canta, aun sin voz, porque jamás quiso hacer otra cosa.
Y en definitiva, en estos tiempos que corren, el único al que el sombrero no le sienta ridículoes al caballero del bombín.